Al cabo de un tiempo, conoce a Francisca Ruiz, se enamoran y se casan. Tuvieron 7 hijos. Ya instalados en Andújar, donde consideraban que era el lugar más apropiado para vivir.

La familia, decidió en 1.954 hacer un nuevo traslado a Madrid, en donde compraron un piso con parte de la herencia familiar. Los niños ingresaron y estudiaron en un colegio religioso. Desde muy pequeño, José María demostró su pasión por el mar. Empezó su contacto con el medio marino en las colonias veraniegas de Cobreces ( Cantabria ) destinadas a los hijos de los empleados del Banco Español de Crédito.

En 1979 José María Quero,  ya era un joven independiente, criado en una numerosa familia de clase media y desde siempre tuvo claro cuál sería su camino a seguir y luchó para lograrlo. Era aficionado a la pesca fluvial, y con frecuencia, su hermano mayor, César, le llevaba a los ríos Jarama y Henares en Mejorada del Campo. Cuando tenía 14 años, se compró su propia caña de pescar con sus ahorros. Unos meses más tarde, buscó empleo en una pastelería como repartidor a domicilio.

José María demostraba que le atraía cada vez más el mar, con lo que prosigue sus estudios secundarios a la vez que toma clases de submarinismo en la piscina municipal del Barrio de la Concepción. Al finalizar la etapa escolar, decide estudiar la carrera Náutica. Con la decisión clara, se alista voluntario a la Armada. Su deseo era asegurar el destino en Cádiz. Es en la Marina, donde José Maria se adiestra como buzo.

Estuvo en Cádiz y luego en Cartagena, donde obtiene el título de buzo profesional, con una profundidad de 50m.

Tiempo después, lo destinan a Aaiún que fue colonia española de el Sáhara. Finalizado su periodo de servicio militar, en Aaiún , le ofrecen trabajo como buzo en la empresa Fosfatos de Bucraa. En diciembre de 1.973 José  María llegó a Madrid coincidiendo con Echo, todo surgió rápido, después de que ella descubriera en la habitación de José su foto, que después de 6 años, guardaba celosamente. Tenía 22 años, y su madurez, cautivó a Echo Chen, que ya no lo veía como un niño. Fue entonces, cuando iniciaron una relación seria, en la que San Mao tenía sus dudas por pensar que la familia no la aceptaría por ser china.

En las Navidades de 1.973 José María comunicó a sus padres su deseo de casarse con Echo. En enero, José María regresa a El Sáhara, Echo partió poco después, instalándose en Aaiún.